martes, 8 de abril de 2014

Manuel Chaves Nogales

Manuel Chaves Nogales (1897-1944) nació en Sevilla. Nogales puede verse dentro de la generación de las vanguardias también conocida como del 27. Se inició muy joven en el oficio de periodista, primero en Sevilla y más tarde en Madrid. Entre 1927 y 1937, Chaves Nogales  llego a lo más alto escribiendo reportajes para los principales periódicos de la época, y ejerciendo, desde 1931, como director de Ahora. Esta revista estaba dedicada a la gente ordinaria y narraba historias que atañían a gente de este tipo.

Al estallar la guerra civil se pone al servicio de la República y sigue trabajando como periodista hasta que el gobierno abandona definitivamente Madrid, momento en el que decide exilarse en Francia.


Además de periodista es autor de una brillante obra literaria entre la que destacan sus libros sobre Rusia: los reportajes La vuelta a Europa en avión, esta obra es la que le da fama. Un pequeño burgués en la Rusia roja (1929), Lo que ha quedado del imperio de los zares (1931) y El maestro Juan Martínez que estaba allí (1934); la biografía Juan Belmonte, matador de toros, su vida y sus hazañas, su obra más famosa, considerada una de las mejores biografías jamás escritas en castellano; y A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España (1937), impresionante testimonio de la guerra civil donde denuncia las atrocidades 
cometidas por ambos bandos.





El cante hondo, serio y trascendente

Artículo de Manuel Chaves Nogales, inédito desde 1922.
El cante hondo es una de las pocas cosas serias que quedan en España. Hace un siglo las canciones populares e Andalucía, que empezaban a languidecer con el progresivo acabamiento espiritual de la sociedad española, (…)*endaron en el alma popular, buscaron refugio en la subconciencia de la gentes cultas que quedaban fuera del menguado recinto espiritual de nuestra moderna ciudadanía, y esa hondura, ese cauce so(…)rado de su alto valor artístico y emocional, es la razón de que sea "jondo" el cante popular de Andalucía. Este cante es, sin embargo, el mismo que Estébanez Calderón degustaba intelectualmente, cuando la guitarra frecuentaba aun la sala de (…)rado de la casa andaluza, y andaba en mano de lechuguinos y damiselas.
En unos años de estupidez, las canciones populares de Andalucía fueron proscritas y su culto relegado a las clases más rezagadas y humildes que tuvieron a orgullo el ser depositarias de esta tradición artística e hicieron, con un indesechable afán artístico, una verdadera religión del cante, con su complicada liturgia, sus misterios insondables y su sacerdocio, que guardaba como oro en paño a través de las generaciones la esencia de las canciones populares, hasta el punto de que hoy mismo sea posible hallar en ellas adorables supervivencias que los técnicos llegan a enlazar con los primitivos cantos litúrgicos. Esta ha sido la obra de unas docenas de cantaores feos e intelectuales, que durante un largo período de miopía intelectual han sido el hazmerreir de la gente de cultura.



Para más información sobre Manuel Chaves Nogales : http://manuelchavesnogales.info/

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