La literatura utiliza elementos del periodismo, pero también
el periodismo utiliza elementos de la literatura. Las crónicas y los personajes
pueden utilizar, de vez en cuando, los mismos procedimientos de la novela. Como
por ejemplo “Relatos de un Náufrago” de Gabriel García Márquez, el cual no
inventa los hechos solo los cuenta.
Existen ciertas novelas que están a medio camino entre la
literatura y el periodismo, son las novelas de no ficción y de auto ficción. El
movimiento que surge a raíz de este tipo de novelas se le denomina el nuevo
periodismo.
El nuevo periodismo nace en Estados Unidos en década de los
’60, la primera novela que da impulso a este movimiento es “A sangre fría” de
Truman Capote. Que relata un hecho real en forma de literatura. Estaría
considerada como una novela de no ficción,
que está a medio camino entre la literatura y el periodismo. Es una novela documentada que se basa en
hechos reales. No es exactamente un reportaje porque va más allá, pero si tiene
todos sus componentes
Otro caso, un poco diferente, es “Soldados de salamina” de
Javier Cercas, que tiene cierto grado de carácter literario, y entrelaza hechos
reales con hechos de ficción.
El periodismo utiliza ciertos elementos de la literatura
para atraer a los lectores, una de las técnicas literarias que introduce es la
figura del narrador. Podemos distinguir entre tres tipos diferentes de
narradores:
En primer lugar tenemos el narrador omnisciente, que es un
narrador que lo sabe todo. Tiende a ser una persona que esta fuera de la acción,
pero que interviene en ella. En segundo lugar nos encontramos con el narrador
que se identifica con un personaje. En este narrador hay dos variantes: por un
lado tenemos que el narrador sea el personaje principal, como en las memorias o
autobiografías de ficción, como por ejemplo “El lazarillo de tormes”. Y por
otro lado que el narrador sea un personaje secundario, como por ejemplo “La familia
de pascual duarte”. En el S.XIX aparece la teoría del punto de vista, que introduce la
tercera persona, que nos transmite más cercanía y verosimilitud. Esta teoría del
punto de vista puede verse en “El príncipe destronado” de Miguel Delibes. Y por último el narrador
objetivo, el narrador sabe menos que el personaje, recoge lo que hay delante
pero no se adentra en los personajes.
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